Para hacer frente a los diversos retos de la sostenibilidad, al desarrollar nuevos modelos de negocio en el sector forestal y agropecuario hay que tener en cuenta tres dimensiones que abarcan los aspectos económicos, sociales y medioambientales, la llamada triple cuenta de resultados o triple P (beneficios, personas y planeta). Este método recoge valores y criterios para medir el éxito de las organizaciones (y de la sociedad) a nivel económico, ecológico y social. Para estructurar mejor temas complejos como los mencionados anteriormente y obtener resultados mejores y más racionales se puede realizar un Análisis Multicriterio (ACM).
Como resultado del proceso se pueden resumir las siguientes conclusiones:
Como hallazgo común se puede concluir que la mayoría de las partes interesadas relacionadas con las empresas prefieren el «planeta» como dimensión y en este caso «materiales y energía» como resultado de la suma media ponderada de todos los criterios por dimensión. La mayoría de las partes interesadas relacionadas con el público prefieren la dimensión «beneficio» y aquí «economía local» e «inversión».
Esto demuestra que la «sostenibilidad» no es entendida por todos los actores por igual, sino que difiere entre los grupos de interés y las ubicaciones geográficas (centros). No obstante, el objetivo es encontrar un enfoque y una comprensión comunes (por ejemplo, sinergias entre los dos criterios mencionados) también en el sentido de poner las ponderaciones en relación con las medidas cuantitativas de los indicadores y de dirigir y comunicar las decisiones y actividades políticas locales/regionales.
Aunque estas conclusiones no son representativas de los sectores implicados, los resultados muestran que los criterios de sostenibilidad y su preferencia deben ser definidos por la comunidad local de múltiples actores. De este modo, los responsables de la toma de decisiones pueden tener una visión más amplia y mejor sobre lo que significa la sostenibilidad en sus tres dimensiones y sobre cuáles son las preferencias a la hora de tomar decisiones sobre aspectos relacionados con la sostenibilidad, por ejemplo, sobre la valorización de la biomasa de los flujos secundarios para lograr una bioeconomía sostenible.